"Soy la madre de dos hijos varones, el mayor de los cuales tiene ya trece años. Mi preocupación es que veo acercarse su paso de niño a adolescente y no sé si esperar a que se manifieste esa primera señal de que ya se ha convertido en un hombre o prepararle con antelación sobre lo que experimentará cuando descubra su primera eyaculación. ¿Qué debo hacer? ¿Conviene que sea mi marido quien hable, yo o los dos?"
La sexualidad, tal y como vemos en esta cita que Bernabé Tierno nos ofrece en su muy recomendable libro: Adolescentes, las 100 preguntas clave; es una dimensión importantísima del ser humano de la que ciertamente nos cuesta irremedisble trabajo hablar. Así, antes de responder con qué hacer, con qué sería lo más correcto, me gustaría expresaros qué es la sexualidad.
Se trata de un concepto muy amplio que incluye múltiples aspectos de la naturaleza humana ligados tanto a factores sociales, psicológicos como biológicos. Para que lo entendamos mejor, la sexualidad nos acompaña (si! a nuestros hijos también) y evoluciona con la persona desde que nacemos hasta que morimos. Está claro, que no es la misma en el varón que en la mujer, en la persona joven, adulta o anciana. Todos y todas tenemos sexualidad aunque cada uno lo viviremos de un modo diferente. Y es por esto, que no existe una edad, un momento, un modelo o normas establecidas para expresar los sentimientos, para amar y para sentir placer. Cada adolescente, al igual que en su día nos ocurrió a nosotros, sabrá cuando se siente preparado o preparada y descubrirá qué quiere, cuándo, cómo y con quién.
Y... ¿qué pinta la familia en este punto? Pues, aunque sabemos que en muchas familias no ocurre así, la familia debería ser una fuente de apoyo e información de calidad para el y la adolescente. Para nosotros, padres y madres, lo más importante es que tratemos que sea un tema natural y frecuentemente hablado. Es verdad que con nosotros no hicieron esto, y que es justamente por ello, por lo que nos costará iniciar estos temas. Sin embargo, el esfuerzo que realicemos será seguro un punto de apoyo para nuestros hijos e hijas y fuente de conocimiento, sano desarrollo y seguridad, tanto de la sexualidad propia como ajena
¡Probablemente, por muy básicos que sean, tus consejos y experiencias le serán de gran ayuda a tu adolescente!
Más específicamente contestando a la cita del principio, puede que sea escabroso, incómodo hablar de sexo con tus hijos e hijas, pero en la medida en la que te vayas sintiendo cómodo/a hablando de sexo con tu hijo/a, desaparecerán las inhibiciones y tabúes irracionales.
Es verdaderamente importante, que la responsabilidad sea compartida entre los miembros adultos de la pareja (padres, tutores...), y que el contenido sea el adecuado para cada etapa, atendiendo a las necesidades del niño/a y a su comprensión.
Es importante, en esta etapa de la vida (pubertad y adolescencia) prepararles antes de que ocurran las cosas: hablarle a las chicas de la meunstruación, a los chicos de la primera eyaculación, y de ahí ir profundizando en las dudas, temores y preocupaciones de cada uno de nuestros y nuestras chicos y chicas, en función de cada uno.
Una buena manera de empezar, es haciéndoles conocer su propio cuerpo y su funcionamiento, que en esta época de su vida va a haber cambios (pasarán de niños a jóvenes) y de ahí no sólo explicarles la reproducción, sino la idea de que la sexualidad es el afecto, la caricia, no sólo el acto reproductivo, sino que nuestro mayor órgano que nos provoca placer y bienestar es LA PIEL!
Tampoco deberíamos olvidar el tema de preservativos, de relaciones de pareja, de la asertividad (fomentarles que se sientan seguros en sus decisiones, que sean capaces de decir que no, de hacer las cosas cuando se sientan preparados/as para ello).
Además, les podemos recomendar páginas web como la que os dejo a continuación:
http://www.harimaguada.org/sexpresan/multimedia/sexpresan.swf
En ella podrán resolver dudas, aprender de un modo interactivo y buscar todo lo que quieran saber sobre sexualidad.
Por último, recuerda que es mejor no formular juicios de valor, es mejor que nuestro hijo/a razone por qué piensa que esto esta bien o mal, por tanto, es importante que demos nuestra opinión, pero cuidado con sentenciar!
Y trata de acabar con los mitos del incipiente joven! Ya que, por un lado, los chicos/as han de reconsiderar la nueva imagen de su cuerpo sexuado enfrentándose a la fuerte presión de los estereotipos de belleza, y tienen que afrontar las distintas posibilidades y necesidades sexuales y afectivas que se les plantean. Y por otro lado, los mensajes que reciben son con frecuencia contradictorios. Esto contribuye a que vivan su sexualidad con escasas habilidades para disfrutarla de forma gratificante y saludable.
Cuanto más abierta y fluida sea vuestra comunicación, más sana será su sexualidad.
Para acabar, os dejo un vídeo muy simpático: Ruth, la madre, no ha hablado de sexualidad con sus hijos durante años, y ahora, en un momento de cambios personales afronta el tema de un modo chocante y desmesurado. Echadle un ojo y reíros, todavía estáis a tiempo de que esto no ocurra!
No hay comentarios:
Publicar un comentario